martes, 12 de marzo de 2013


Caminé tanto
El ardor de mis pies
El sonido de mis huesos
La arena en mis ojos
Como un puñado de sangre aventado desde el cosmos que se abre para señalarme el camino en el que anduve.

Cruzando fangos
Cruces, dioses y las paginas fecundas de este libro herido
Escribo para escapar
Y naufragar en la palabra hecha de viento
Viento puro
Adrenalina fulgor estallidos vespertinos en la noche sosegada, la luna tragada por el hueco de mi angustia
Y ese viento que la jala
Y me jala el alma al fondo de la noche estrellada
Muy de tarde me hundo en el cielo de todo aquello que he buscado y encontrado.

Yo vi una luz
Y también un ángel
Y todo aquello no tiene  importancia
Pues es la nube la que flota en forma  de memoria sobre estos años que me vuelcan
La ola insufrible del mañana
Entra en mi garganta y el aire se corta en las noches en que visito todo lo que sé de mi propio destino
Nada más queda la vida
Una vez más repetir el canto, estos años décadas que nos tocan
Volver a lanzar el grito que todo lo inunde con su luz revolucionaria para no ser testigos de la derrota sino purificadores de ésta enfermedad que se llama realidad.


10 de marzo 2013

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