Por Enrique de Santiago
artedeenrique@yahoo.es
Si alguien baja hasta el pozo y quiebra en su memoria
Las imágenes, despeñando la voz, rompiendo el eco
En cada piedra que habla, muévese la pulida superficie
Y el prodigioso cuerpo se levanta liberado de escamas.
Ludwig Zeller
El Surrealismo hoy, se ve enfrentado a
nuevos desafíos en este siglo, por una parte está el estado de mantenerse
siempre insumisos y alertas ante los cambios o transformaciones sociales que se
devienen con la nueva crisis del capitalismo mundial, que en su fase más
avanzada denominada neo-liberalismo, ha comenzado a dar signos de
debilitamiento. Y en otro frente, repasa sus fundamentos y atisba los nuevos
descubrimientos que se suman a su vasto equipaje en el conocimiento de lo
maravilloso.
Así en el primer punto, como surrealistas
hemos sido participes y testigos, de un momento en que los seres humanos se han
tomado las calles para movilizarse y protestar hastiados de las condiciones
impuestas por los gobiernos serviles a la burguesía. Estas nuevas
manifestaciones en diversos países y continentes, obligan al movimiento
surrealista a sumarse y entender, que se pueden desarrollar acontecimientos, de
los cuales aún no sabemos en qué tipo de cambios puede concluir. Esta curva
ascendente de acontecimientos se ve motivada por la porfía de los gobiernos de
mantener sus políticas socio-económicas, las que ya han demostrado su fracaso.
¿Pero qué sociedad pretendemos a futuro? En ese sentido, los surrealistas
aspiramos a una de plena libertades, donde el dominio y significado del dinero
y los vicios que devienen de la practica egoísta del capitalismo sean
suprimidos en su totalidad y es allí donde debemos actuar para instalar nuestra
opinión en referencia a estos sensibles temas. Un mundo donde todas las zanahorias sean
nuestras y distribuidas para todos, en un lugar que además esté libre de
opresores y sus agentes burócratas como nos decía Franklin Rosemont (1).
Pero el nuevo desafío trae consigo además
un cambio de ver el mundo, donde la sociedad cambió para tejer una nueva
realidad, caracterizada por la escalada que tuvo la masificación de la cultura
del “individuo dedicado al self-service narcisista” (2) Donde el objeto, pierde
su significado anterior transformándose en un objeto significante de un algo
que representa al individuo, donde el yo
esencial, ya no es lo importante, sino qué, lo que se convierte en lo más
relevante es el objeto que poseo. Con mayor razón el individuo medio de hoy no
podría distinguir algún tipo de meta-lenguaje dentro de ese mismo objeto. “La
belleza será convulsiva o no será” (3), nos manifestaba Breton, a modo de frase
premonitoria para mantenerla como tabla de salvación hasta nuestros días, sin
pensar que sus dichos anti-cultura de su época, sonarían con mayor fuerza en
nuestros tiempos, donde lo poco que quedaba de la antigua relación natural del
hombre con lo mágico-surreal, sería contrarrestado con una avalancha de objetos
y signos resultantes del positivismo-cartesiano-mercantil, ideología que ha
desterrado y ahogado la verdadera libertad del espíritu, calificándola como
utopía o “quimera” (4) Así la adoración objetual, como significado de poder, es
una idea que está muy enquistada en las sociedades modernas, especialmente en
las occidentales, por lo que pensar que la sola crisis política y económica que
sufre hoy el capitalismo neo-liberal, traerá consigo de manera inmediata un
pronunciamiento de rechazo de la cultura de consumo y un vuelco de las masas
hacia lo maravilloso, es meramente ilusorio, pues este cambio requiere de un
andar sobre un largo derrotero, el que puede tomar décadas, pero así y todo es
preciso comenzarlo y empujar hoy a contribuir con el desplome total de la
sociedad capitalista-burguesa.
Pero como dije anteriormente, no sólo la
rebelión de las masas por sí sola traerán vientos transformadores profundos, se
debe enseñar a mirar y sentir de una nueva forma, haciéndonos la guerrilla
interior para parir al hombre nuevo -parafraseando a Matta-. En este sentido,
el re-encuentro con lo femenino, debe ser una de las piezas claves para
alcanzar esa transformación, como lo citará el mismo Breton: “Llegará el tiempo de hacer valer las ideas
de la mujer a expensas de las del hombre, cuyo fracaso se consuma tan
estrepitosamente hoy. Con estas palabras en su libro “Arcano 17” ,
él pone énfasis en aquello que se requiere con urgencia en nuestro
presente, como una forma de salvar el mundo y dar un giro al actual estado de
cosas. En esta frase hace referencia a lo femenino, presente en el mito de
Melusina, en el que se desprende la urgencia de mirar hacia el pasado,
específicamente hacia una edad perdida en el tiempo, una era en que la relación
del hombre y la mujer obedecía a un estado armónico que era replica de lo
sucedía en la naturaleza. Él toma el mito de Melusina consciente de lo que esta
representaba para el mundo hermético-mágico-alquímico, pues ella era un
personaje mítico, que nos habla de una relación extraviada donde el
conocimiento de lo femenino o dicho también de otra manera, de la sabiduría de
la diosa, regía las relaciones del ser humano y de éste con la naturaleza. Este
estado de cosas fue brutalmente suplantado por la filosofía de los hombres
guerreros-solares, muy lejos del pensamiento solidario-participativo, que era
conocido antes de las invasiones de las tribus patriarcales venidas de las periferias
del orbe. Melusina, cuyo nombre supuestamente vendría de la evolución de la
palabra que identificaba a Lugine, la compañera del dios Lug, en la antigua
Liguria, (5) representa en el mito a la sociedad gilánica que no logró
sobrevivir ante tales invasiones, siendo sus últimas manifestaciones la antigua
Creta o el Languedoc gnóstico, al cual también se refiere Nancy Joyce Peters,
quien además agrega que es en el Surrealismo, quien “desde sus inicios ha
ampliado progresivamente su invitación a las mujeres para que participen en su
extraordinaria aventura” (6) Entonces no se podrá configurar una verdadera
revolución sin la participación igualitaria de lo femenino.
Entonces ¿Qué sucede que la Luna se separa del Sol? Y
¿cuál es el verdadero significado de esta alegoría mitológica?
La luna rige todo lo femenino en el caso
de nuestra especie humana, pero también en todo aquello que tiene vida sobre la
tierra, entiéndase animal, vegetal, el reino fungi y ¿por qué no? lo mineral,
pues las piedras tienen sus propias ánimas que les dan vida y en mayor medida
esta es andrógina. En las montañas, impera además de la vida singular de las
piedras, los seres que nuestros pueblos originarios del “Cono Sur” conocían
como el “Pillán” (7) o como en la zona austral, donde habitaban los “Hohuen”
los cuales también poseen un carácter hermafrodita (8). El escritor francés
Malcom du Chazal, sostenía que en su natal Isla Mauricio, antiguos seres de
Lemuria, se habían mudado a habitar los montes de la isla y su naturaleza sería
femenina-masculina, pues esta condición representaba a las antiguas razas
humanas. Estos relatos podemos verlos además en los textos védicos, la
mitología griega y en la Biblia
(mitos heredados de la antigua Sumer), donde los titanes forman parte de la
existencia antigua que poblaba la tierra. Los alquimistas y los herméticos también
conocían estas historias y están registradas en numerosos libros sobre lo
oculto. Los indios Hopis dicen que estos antepasados andróginos habitan las
cavernas profundas, al igual que los mayas que los sitúan en las profundidades
de los “cenotes” (9). La condición de estos titanes a lo menos en las primeras
edades era de carácter andrógino-hermafrodita, al igual que el mito adámico, el
Adam primigenio, que poseía ambas características, pues este estaba en el Uno.
(10) Un pasaje del Zohar dice: "Una noche sin día, un día sin noche, no
merecen el nombre de Uno" (el Aleph)
El acto de Adán, quien muta la letra M por la N separó el Kether del Malkut, la primera de la
décima sephiroth, eso indica que el santo bendito sea, se separó de la Shekinah (la madre
creadora), lo masculino y lo femenino, el hombre y la mujer, el sol y la luna.
Entonces es posible que la separación de
lo femenino-masculino, se dé sólo en este plano dimensional, el que está
acentuado por una cultura patriarcal y que en realidad debemos apuntar a
distinguir otra supra-realidad, no realidad, para entendernos y volver a
reunirnos en nuestro anterior estado primordial, como lo señala la Tabula Smaragdina.
La
surrealidad interminable e inextinguible
Es
así entonces, qué cuando los “hopis”, los “mapuches” y todos los pueblos
antiguos, los “ligures”, celtas, los indios “senoi” de Mindanao, los vedas y
los surrealistas dicen: “que el sueño es la realidad”, es que están hablando del
“Ein Soph” no emanado (Kabbalah), y es éste estado onírico el que contiene gran
parte de la información de lo oculto. Pues el estado de vigilia es una mínima
fracción del todo, pero para acceder al otro plano se debe soñar, es allí donde
el yo, es y no-es al mismo tiempo y para ser, se debe no-ser y eso es también
mecánica cuántica en su denominada ley de la superposición. Cuando tú ves,
determinas una ubicuidad, cuando en realidad eso que ves está en una multi-ubicuidad,
por lo tanto lo que sucede, es que el sujeto como observador, es quien en
realidad, el que le da un valor espacio-temporal al objeto, al optar por un
solo punto, otorgándole una realidad ilusoria.
Cuando surge el universo físico, nace de un punto, más pequeño que cualquier
punto medible conocido, por lo tanto todo proviene de la misma materia, una
misma unidad, ¿pero desde donde viene tanta materia? y si pensamos en las
partículas gemelas, todas serían la misma partícula y el universo un constructo
nuestro (como observantes), donde lo que hacemos, es que el otro sea otro, otra
persona, un yo otro, un pájaro otro, donde ves tu micro y macro-fisiología como
algo tuyo, pero aparentemente no relacionada contigo. Entonces que es este todo
¿una ilusión? ¿El Māyā de
los textos védicos? ¿O una proyección holográfica? En este sentido, los objetos
que persigue con tanto afán la sociedad occidental, son también ilusorios. Este
concepto de lo ilusorio conocido desde los antiguos y arcanos conocimientos
herméticos, son los mismos que pregonan desde hace casi un siglo los
surrealistas. No es raro entonces el interés nuestro por la antigua alquimia,
el tarot, la magia, la mediumnidad o la locura, pues como nos indica el
alquimista Eliphas Levi, en los únicos tres estados en que el hombre es capaz
de ver la otra realidad es cuando éste está en estado embrionario, cuando sueña
profundamente o en el delirio. (11)
En este sentido así como lo hizo la Kabbalah y el hermetismo
en su tiempo, hoy la
Mecánica Cuántica abre un mundo que es insospechado, donde no
hay una proyección para definirlo en cuanto a sus posibilidades, es como dice
un científico, pregúntale a un tarro ¿cuál es su estado civil?, el universo es
una gran formula de indeterminación, según la teoría homónima de la Física (relación de
indeterminación de Heisenberg) Esto implica que las partículas, en sus
movimientos, no tienen asociada una trayectoria definida como lo tienen en la
física newtoniana. Para entenderlo, las partículas hacen lo que no debiesen
hacer, es como que piensan o actúan por si solas.
Cuando el Tao te King habla del
conocimiento en el “No-ser”, es porque esto tiene mucho sentido, y eso lo
veremos a continuación con los siguientes ejemplos: Existen varios experimentos
demostrados, uno de ellos es la prueba de disparos de partículas a través de
dos ranuras, para determinar la impresión de éstas en un plano, sucede que el
experimento da diferentes resultantes, la primera es al no percibirlo por el
ojo humano (dada la velocidad del disparo) y en la segunda al intentar filmarlo
con una cámara de ultra-velocidad, lo que da como resultado dos comportamientos
distintos. El tema es que el experimento funciona de una manera cuando se
observa (se registra con una cámara de vídeo) y de otra manera cuando no se
observa, es decir da un resultado esperado y otro no esperado, en la no
observada las partículas se alinean según las ranuras paralelas que atraviesan,
en la segunda (al filmarlas), tales partículas se extienden aleatoriamente por
todo el muro contenedor. ¿Qué pasó ahí? La respuesta es sólo una, todo depende
del observador, él es quien determina cual o tal realidad se da como resultado.
Este experimento demuestra lo que en física se denomina como "fenómeno de
enredo", lo que en la
Kabbalah se conoce como la esencia inmedible del Aleph (el
Uno). Otro experimento, corresponde a 2 partículas que se separan de un mismo
electrón, a una la ubicamos en la tierra y la otra al final del universo y si a
la primera le aplicamos un estimulo termoeléctrico, la otra responderá de la
misma manera sin ser tocada, parece que estuvieran interconectadas, lo que se
conoce como ley de correspondencia de partículas gemelas, o ley de
superposición. No me refiero a una proyección, sino que a la superposición de
algo sobre la otra parte de ese algo, tú haces un movimiento e influyes sobre
tu “uno”. Entonces no debiese decirse que se proyecta, pues no existe un medio
proyectivo y ese algo responde de esa forma, pues es el “Uno” igual y distinto
del otro, y que esté o no lejos, tampoco es determinante, ya que está
interconectado y es a su vez el uno mismo, y es el otro. Cierto que parece
difícil de entender, pero para verlo más claro, no es que uno emita una onda,
uno escoge la onda o vibración para que se permita estar en esa vibración y no
en otra distinta-pero que a su vez es igual- pues cierta vibración me separará
de algo, aún cuando simultáneamente me une a ese algo, conocido como la otredad
dimensional, pues vivimos varias vidas simultaneas. El observador primario y
sin la creencia en este fenómeno sólo puedo usar unos cuantos millones de bits
de mi mente, un mínimo porcentaje del potencial total de su capacidad, y no es
un tema de limitación fisiológica, es un tema de fe, de creer que es cierto y
saber el ¿cómo?
Esta era la quintaesencia de la cual hablaban los alquimistas y
herméticos. De ahí es que la meditación trascendental nos lleva al mismo punto,
al igual que lo hace la vía surrealista. Como paradoja, podemos agregar, que lo
que hagas en el presente, puede influir en el pasado, esto es posible según las
ecuaciones y la mecánica cuántica. Es muy complejo y casi inentendible, pero es
así, recuerden que se dice que a la recta la curva el tiempo y aún no sabemos
si ese mismo tiempo es probablemente una ilusión, por lo que la misma curvatura
de esa recta también lo sería y también lo serían los efectos gravitatorios,
esto podría revertir las verdades tal como las conocemos desde la mecánica
positivista. Sucede lo mismo cuando imaginábamos el concepto de infinito hacia
afuera, pero ahora invito a pensarlo hacia adentro. Es como el mito de los “grandes
transparentes” que plantearon tanto Matta y Breton en su momento y que tiene
muchas otras referencias similares en la búsqueda antigua del ser humano, como
en la alquimia, lo de arriba es como lo de abajo.
El inconsciente se reprime o es reprimido
por esta presión social consensuada, es decir, la verdad más larga o la
realidad más extensa es acotada por el yo, el ego cristalizado, lo que
conocemos como consciencia o dicho de otra forma: lo inmediato en la extensa
cartografía del ser. Para romper y destrabar ese freno se debe hacer todo de
forma espontánea (escribir, pintar o practicar la deriva) entre más rápido y
caótico se realizan estos actos (del caos surgió una realidad y un mundo según
el mito) mayor cantidad de nuevas realidades y mundos surgirán de estos
ejercicios, en una suerte de regresión-progresión cuántica, pero expresada en
una mayor anchura, es decir, el ser va re-conociéndose sin límites, pues a su
vez, se convierte en algo más amplio que el yo, pues se viaja en un vehículo de
mayor grosor existencial, y el ser se expande de sus límites corpóreos hacia su
cuerpo etérico y astral (12). Así abres el espacio y rompes el concepto del
tiempo, esto es tu viaje interior, que conecta con lo exterior-interior, es
como la espiral logarítmica, donde el borde del giro es lo exterior e interior
simultáneamente, lo cual es el camino o un atajo más efectivo para traspasar el
tiempo.
Estoy pensando cómo explicar lo que habla la espiral desde ella misma, en
términos de lo que sucede más allá de lo simplemente formal, me refiero a su
formación virtual, que es informal, es invisible, es lo que llamo la no-materia
con su -no-energía adosada a la materia-energía donde una sostiene y da forma a
la otra. Sobre este punto tengo tan claro el concepto (pues lo percibo con el
ojo surreal) pero se me dificulta expresarlo con palabras (acá trato de
acercarme a lo más arcano) y ciertamente sólo se puede explicar con el antiguo lenguaje
de los pájaros (13).
Los alquimistas reconocían los cuatro
elementos físicos, el fuego, el aire, la tierra y el agua, pero además sabían
de la existencia de otro aspecto de estas formas elementales, la cual es la
quintaesencia, la que posee el don de la materialidad e inmaterialidad, esta
visión, correspondería según la física cuántica a la capacidad vibratoria de la
materia, la cual es una mirada de la parte oculta y más compleja de la realidad que se conjuga con
la surrealidad, ya que esta capacidad vibratoria, consiste en que todo lo que
es, existe y deja de existir en un permanente estado de existencia y
no-existencia, entonces la pregunta es ¿dónde va la materia cuando no está
presente? Esto representa nuevos desafíos en esta búsqueda incesante del
verdadero conocimiento, donde se aportan nuevos datos en estos temas de
estudio, en busca de la verdad de la existencia o no-existencia, donde también
asoman nuevas formas de micro-materia, pues ya no es el átomo la forma más
pequeña conocida, si no que en último tiempo se ha sumado el descubrimiento del
quark o los leptones como las formas más ínfimas de la materia (a futuro
seguramente otra nano-forma será descubierta). Hoy además sabemos de bolsones o
gusanos de tiempo, o la presencia de atajos temporales, ubicados en conectores
transversales en forma lineal y a la vez extendida de la realidad del tiempo.
Otro tema es el de la realidad holográfica de los universos, y digo universos,
pues hablo de varios, ya que de alguna manera debe haber otro algo que soporta
a los universos físicos, y estos a su vez deben tener sus propios soportes, o
en su consecuencia, cada universo parece que se suspende en un no-universo, el
cual quizás posee una suerte de sostenes des-dimensiónales que lo soportan a
manera de que el todo es un ente dialéctico y dinámico, donde la materia
convive en proporción con la no-materia. Cuando dije que el universo surge de
un punto, me pregunto en ¿qué había atrás de ese punto? ¿Otro universo
expandido que se contrajo?, dejando así un lugar vacío para que el siguiente
big-bang tome el habitáculo dejado por el universo saliente.
Y es en esta sucesión de universos de
realidad y no-realidad, donde encontramos nuestra conocida surrealidad, la
misma que plantea el “chamán” en su viaje astral al mundo superior, medio e
inferior, o como la que indicaba Matta, al referirse a sus obras: “Llamo morfologías psicológicas a las
transformaciones en la absorción y emisión de las energías en el objeto desde
su aspecto inicial hasta su forma final en el medio geodésico psicológico”
(14)
La materia, los objetos y los fenómenos
medibles, cada uno de estos tendría entonces un aspecto particular o propio que
los distingue, esto según nosotros “sujetos observadores”, en donde de manera
consensuada al ser parte fragmentada del “Uno”, tendríamos una visión muy
parcial de la realidad, la que se vería tal cual es (en su forma amplia e
infinita) al romper las ataduras psicológicas. Este desprendimiento del mundo
conocido, sería posible sólo a partir de los tres estados citados anteriormente
por el alquimista. Sumemos a lo anterior otro dato, como es la frase alquímica
que dice qué nuestra piedra está compuesta de cuerpo, de alma y espíritu (15).
En ese aspecto los surrealistas sabemos que existe una frontera entre la gnosis
de la realidad y la surrealidad, y que esa línea se va tornando movible en la
medida que vamos adentrándonos cada vez más en nuestra navegación exploratoria,
por lo que esa surrealidad pasa a conformar la nueva realidad, incluso si esta
anteriormente era invisible, ya qué al percibirla o hacerla visible, se
descubre el mecanismo para ver aquello que permanecía no-visible. Así el
horizonte donde no hay límites, se expande para nosotros, lo que constituye una
atractiva invitación para nuestros ávidos espíritus surrealistas. Ahora queda
seguir explorando para adentrarse en los nuevos piélagos de lo maravilloso,
donde un vellocino aguarda a cada “argonauta transparente” de esta travesía,
una muy similar a la de un viejo navegante que decía: “Un navío acababa de izar todas sus velas para alejarse de este sitio”
(16)
Enrique De Santiago.
Texto publicado en la siguiente revista vía este link:
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